6 dic 2008

TU VALES MUCHO

TU VALES MUCHO

Las mujeres no son como antes, y el cambio radica en la actitud
y el valor que se dan a sí mismas.
Algunos podrán pensar que se volvieron egoístas,
pero no entienden que lo único es que ya no se vuelven menos
por estar con un hombre y que aquél con el que están
debe de merecérselas con sus actitudes y sus muestras de respeto y cariño.
Un verdadero hombre te hace sentir bien y te ayuda a crecer,
no te hace sentir menos para él poderse sentir más.

En una breve conversación, un hombre entrevista a una mujer, y le pregunta:

-¿Qué tipo de hombre estás buscando o quieres para ti?

Ella se queda un momento callada antes de verlo fijamente a los ojos, y le pregunta:

--¿En verdad quieres saber?

--“Sí” – respondió él

Ella empezó a decir:

--Siendo mujer en esta época moderna, estoy en una posición de pedirle a un hombre lo que yo sola no puedo hacer al 100%. Yo pago todas mis facturas, mis cuentas y soy económicamente solvente.Yo me encargo de mi casa y todos sus quehaceres sin la ayuda de un hombre.Yo estoy en la posición de preguntar, ¿qué es lo que tú como hombre, crees que puedes aportar en mi vida?


El hombre se le quedó viendo. El claramente pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.


Ella, rápido, sabiendo lo que él estaba pensando dijo:


--¡No me estoy refiriendo al dinero! Yo necesito algo más. Yo necesito un hombre que luche por la perfección en todos los aspectos de la vida.


El cruzó los brazos, se recargo en la silla y mirándola con cara de extrañeza le pidió que le explicara…


Ella dijo:


--Mira, yo busco o espero a alguien que luche por la perfección mental, porque yo necesito a alguien con quien conversar y que me estimule mentalmente, alguien con quien podamos crecer mentalmente juntos; yo no necesito a alguien mentalmente simple. Yo estoy buscando o esperando a alguien que luche por la perfección espiritual, porque yo necesito a alguien con quien compartir mi fe en Dios; yo no necesito a alguien a quien yo tenga que infundirle fortaleza religiosa.
Yo necesito a alguien que también sea económicamente solvente, no necesito a un hombre que luche por la perfección financiera porque yo no necesito un cargo financiero, yo sé que el dinero no da categoría; que valga por lo que es y no por lo que tiene.

Yo necesito a alguien suficientemente sensible para que comprenda que yo –como mujer- paso en la vida, desde las menstruaciones hasta dar vida a otro ser humano, que aún a pesar de eso entienda que soy débil y que él sea suficientemente fuerte para darme ánimos y no dejarme caer.

Yo estoy buscando a alguien a quien yo pueda respetar como igual, yo no puedo ser sumisa con un hombre que no se gane mi respeto, que pueda arreglar el mismo sus problemas y para poder ser su igual, yo debo respetarlo.

Yo no tengo ningún problema con el ser amorosa, comprensiva y amable, simplemente él tiene que merecérselo. Dios nos hizo a las mujeres para ayudar al hombre y viceversa, no para servirle, pero yo no puedo ayudar a un hombre que no se puede ayudar a sí mismo.


Cuando ella terminó de hablar la vio a los ojos y él se veía muy confundido y con severas interrogantes. El le dijo:
-Estas pidiendo mucho.



Ella le contestó irguiéndose con altivez y dignidad, pero sin falsas arrogancias:

-Pido mucho, porque YO VALGO MUCHO.


REFLEXION

-A veces somos nosotras mismas quienes nos olvidamos de cuánto valemos.

-Somos nosotras quienes damos sin exigir nada a cambio y creemos que eso es amor.

-Así es como poco a poco vamos perdiendo nuestra propia identidad, nuestra propia autoestima y nos confiamos a las palabras de otros para valorarnos a través de ellas; cuando son nuestras acciones, nuestro crecimiento personal, nuestra voluntad, nuestros principios lo que nos da el verdadero valor.


¡NO LO OLVIDES!......TU VALES MUCHO.



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Un bonsái no es un árbol que no crezca, es un árbol al que se le impide crecer, al que se le van podando ramas, cortando raíces, manipulando su crecimiento natural, a capricho absoluto de su cultivador. Pero al mismo tiempo, se va regando y cuidando con esmero para mantenerlo, porque el verdadero placer es que crezca bajo el control de sus manos y de su imaginación. Y así obtiene “su obra”. Es decir, la misma persona que va “destrozando” la planta es la misma persona que le permite que siga viva. Profesor psiquiatra forense Lorente Acosta (El efecto Bonsai)

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LA ARMONÍA DEL SILENCIO, mi nuevo blog.

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A veces, me refugio aquí.
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