EL MALTRATADOR "COMPRADO" POR UNOS PADRES.

UNA HISTORIA REAL,

UNA HISTORIA TRÁGICA.

Una chica que tuvo una buena infancia, que como decía su padre era una “princesa”, buena hija, buena alumna, la mejor de las mejores, una buena vida, buena casa, dulce hogar… y unos padres realmente maravillosos hasta que dejaron de ser sus padres.

Seguramente se estarán preguntando
“¿Cómo se deja de ser padres? Eso es imposible”.

• Se deja de ser padre cuando tus hijos ya no te importan, cuando las cosas materiales toman mayor importancia que el bienestar de sus hijos.
  

• Se deja de ser padres y abuelos cuando permites que tus hijos se casen con quien no aman ni conocen.

• Se deja de ser padres cuando por omisión se deja que pasen las peores cosas a sus hijos,sin inmutarse, sin hacer nada por evitarlo.
  

Esta chica de la que les hablo ha vivido eso y mucho más.
Demasiado más.

Las inclemencias continuaron cuando ella comenzó a reponerse, a salir adelante en la vida, por su propio esfuerzo, combatiendo contra las injusticias de la vida y los errores de los demás.

Justo cuando ella recuperaba su vida y por primera vez desde su niñez volvía a sonreír y soñar le enviaron a su casa a un amigo de confianza de la familia, de buena y respetable presencia, una buena persona, un maltratador.

—“No te preocupes hijita, sólo necesitamos que esté contigo unas semanas, pronto se irá” le decían.

¡Mentira!

La inocente chica lleva ya 4 años con ese huésped en casa.

Huésped que al pasar el tiempo lógicamente ya cree estar en su propia casa, cree que todo le pertenece, que tiene derecho a exigirle a la hija de sus amigos todo cuanto desee.
Vive del trabajo y del esfuerzo de ella, se alimenta del sudor de la frente de ella.
Critica todo, no está contento con nada, lo exige todo.
Él la maltrata psicológicamente, la hace pequeña e insignificante.

Se mantiene en contacto con los padres de ella, y les cuenta mentiras… tantas mentiras que ya no creen tener necesidad de hablar con ella, y vuelve a su propia familia en su contra.
Se adueñó de todo, incluso de la “verdad”, sólo desean conocer la opinión del “amigo de confianza”.

Es más fácil y cómodo creer una mentira que el dolor de una hija.

Se preguntarán, ¿por qué ella lo aguanta?

Vamos por partes, le aguanta por errores de sus padres, y por amor a ellos.

Conoce situaciones familiares que le impiden hablar y poner fin a su situación.
Amargamente debe asumir todas sus palabrotas porque si ella se pone seria e intenta poner límites, el maltratador le dice:

“Ah, no siga con esas cosas que yo puedo acabar con toda la buena reputación de tu familia, en un abrir y cerrar los ojos puedo hacer que tus padres vivan la mayor pesadilla que puedan soñar. Sus vidas están en mis manos.”

Y por amor a sus padres allí está ella, callada, sumisa, sintiendo que no vale nada,
que no es persona porque cada día que amanece lo primero que ve es la cara de su maltratador. (No, no es pareja y nunca lo ha sido)
Sólo es eso, un maltradador que le quita toda su vida como un animal que quita todo de su victima hasta que un día inevitablemente pasará lo que nadie quiere que pase…

Ella es muy trabajadora, sólo calla y sigue las reglas del maltratador porque piensa en su madre y en nadie más, no quiere que sufra más de lo que ya sufre. Se compara con ella pues su situación no es muy diferente.
Es muy difícil escribir sobre esta historia, es más fácil hacer lo que hace su familia: cerrar los ojos y creer las palabras de quien maltrata,
no todas sus palabras son bonitas pero sí son más cómodas de creer.

Por eso digo que se deja de ser padres y familia cuando no se pone un alto a este juego malévolo y dañino para ella…
Es difícil vivir así, con un maltratador; más aún cuando no son ni han sido nunca novios ni pareja. No sólo se es padre por procrear, hay que ser padres cuando se les necesita.
Yo la miro a ella y veo que no tiene a nadie salvo algunos amigos que le dan consuelo. Por respeto a ella se muerde la lengua para no provocar una revancha, para no provocar un mal peor… mientras esperan que ella esté dispuesta a desligarse de su familia,a ganarse el rechazo de aquellos padres que ama a pesar de todo, y lo que es más difícil aún, dispuesta a sentenciar a sus padres para que ellos sufran lo que ella evita que vivan al aceptar los chantajes del maltratador.

Esta historia es muy verídica, no hay nada exagerado (tan sólo omití nombres);
por lo contrario, prefiero evitar entrar en demasiados detalles desagradables.
El dolor es inimaginable, noches de insomnio, lágrimas tras lágrimas escuchando día tras día falsas acusaciones, chantajes con la vida de sus seres queridos… y un inagotable maltrato psicológico.

¿Qué se puede hacer?

Parece no haber salida.
No al menos hasta que Dios o los familiares intervengan.
Se deja de ser padres cuando no se escucha a la hija,
cuando se sabe que tienen un maltratador en la casa de su hija
pero prefieren cerrar los ojos y no preocuparse.

Eso es cuando se deja de ser padres.

A la primera señal de malos tratos llama