15 ago 2009

¡¡LA LENGUA CASTELLANA ES MACHISTA!!!...(ENTRADA PROGRAMADA)





Zorro = Héroe justiciero
Zorra= Pu-ta

Perro= Mejor amigo del hombre
Perra= Pu-ta

Aventurero= Osado, valiente, arriesgado.
Aventurera= Pu-ta

Cualquier= Fulano, Mengano, Zutano
Cualquiera= Pu-ta

Callejero= De la calle, urbano.
Callejera= Pu-ta

Hombrezuelo= Hombrecillo, mínimo, pequeño
Mujerzuela= Pu-ta

Hombre público= Personaje prominente. Funcionario público.
Mujer pública= Pu-ta

Hombre de la vida= Hombre de gran experiencia.
Mujer de la vida= Pu-ta

Puto= Homosexual
Puta= Puta

HEROE= Ídolo.
HEROÍNA= Droga

ATREVIDO= Osado, valiente.
ATREVIDA= Insolente, mal educada.

SOLTERO= Codiciado, inteligente, hábil.
SOLTERA= Quedada, lenta, ya se le fue el tren.

DIOS= Creador del universo y cuya divinidad se transmitió a su Hijo varón por línea paterna.
DIOSA= Ser mitológico de culturas supersticiosas, obsoletas y olvidadas.

SUEGRO= Padre político.
SUEGRA= Bruja, metiche, etc.

MACHISTA= Hombre macho.
FEMINISTA= Lesbiana.

DON JUAN= Hombre en todo su sentido.
DOÑA JUANA= La mujer de la limpieza


Fuente:
foro Huellas


El lenguaje es sexista. ¿Hay que forzar el cambio?

La palabra "miembra" es una incorrección. No figura en el diccionario de la Real Academia Española, que fija la norma. Proferirla es una "estupidez", una "sandez" y una muestra de "feminismo salvaje", según Javier Marías, Fernando Savater y Juan Manuel de Prada. Pocas veces un error gramatical -con o sin intención- desató tales diatribas contra una miembro del Gobierno como le está ocurriendo a Bibiana Aído, la primera ministra de Igualdad de la historia de España. "Palabras como guay o fistro no tuvieron tanta dificultad para ser incorporadas al diccionario. Puede haber una cuestión de machismo de fondo", se quejó la ministra días después en una entrevista en la que cometió otro error: la palabra fistro no figura en el diccionario.

El feminismo y la gramática española no se llevan bien. Viene de antiguo. "El lenguaje está creado por el hombre, para el hombre y tiene como objeto el lenguaje del hombre", sostiene la filóloga Pilar Careaga, autora de la obra El libro del buen hablar. Una apuesta por un lenguaje no sexista. Las mujeres se quejan de que no existen si no son nombradas, o que sólo figuran de forma peyorativa en un sistema lingüístico creado en sucesivas etapas de la historia en las que lo femenino no pintaba nada. La igualdad es tan reciente como que las españolas lograron el derecho a votar en 1931, mientras que los varones lo obtuvieron por vez primera en 1890. Los guardianes de la lingüística lo encuentran absurdo. "No tiene sentido pensar que la gramática está contra los hablantes. No es verdad, pero en las lenguas romances el masculino es el término no marcado", tercia el académico Ignacio Bosque.

¿Se puede decir "miembra"? Ya quedó dicho que no, que la RAE considera al sustantivo "miembro" como un nombre común en género, esto es, un término ambidiestro, que sirve para unas y otros (las miembros, los miembros). Un transformista que se feminiza o masculiniza según el contexto. Claro que no siempre fue así. Hasta 2005, la palabra "miembro" era considerada por la Academia un epiceno, un nombre asexuado, sin femenino ni masculino, como "víctima", "bebé" o "criatura". Conclusión: las cosas cambian.

Hasta el académico Salvador Gutiérrez, catedrático de Lingüística General de la Universidad de León, concedió en plena tormenta que lo que hoy suena peregrino, mañana puede ser norma si la población comienza a utilizarlo. "La lengua es el organismo más democrático que existe en el mundo", declaró.

En esa evolución de las lenguas están de acuerdo todos. En que lo hacen atendiendo a patrones de la calle, también. "No se puede emitir lenguaje con BOE, el lenguaje se crea todos los días y hay palabras que triunfan y otras no", sentencia Careaga. Como triunfó "rebeca" para designar a las chaquetas de punto sin cuello que vestía la protagonista de la película que dirigió Alfred Hitchcock a partir de la novela de Daphne du Maurier, Rebeca. "Las palabras van cambiando, pero no se puede hacer por decreto ni pedir a la Academia que las cambie. La Academia refleja la realidad", sostiene Bosque, que coordina los trabajos para la nueva gramática, que sustituirá a la vigente desde 1973 (en realidad, un esbozo de la aprobada en 1931). Un capítulo de la obra se dedicará íntegramente al género.

Hay filólogas, con años de experiencia en el estudio del sexismo en el lenguaje, que sí defienden el uso de la palabra "miembras". "¿Era incorrecto decir abogada antes de que la palabra estuviese en el diccionario de la RAE?", interpela retóricamente Eulalia Lledó. "No", contesta, "la corrección en la lengua no es un valor absoluto. Y no veo nada en contra de la corrección de la palabra miembra".

El Instituto de la Mujer, en su proyecto nombra.en.red, una base de datos para promover la escritura en femenino y en masculino, acepta la clasificación del diccionario de la RAE. Pero no exclusivamente: "No podemos ignorar que son cada vez más las hablantes a las que les gusta denominarse miembras, en contra del criterio de la Academia. Entre las alternativas que sugerimos, se cuentan también aquellas que consideran la posibilidad de que la palabra miembro pase a ser de doble género, femenino y masculino".

Cuando esto lo ha asumido la ministra Aído, en un guiño a las organizaciones de mujeres que luego trató de rectificar y de nuevo reivindicar, la Academia se soliviantó. Lo de miembras disgusta hasta a las miembros. "Me parece increíble que una ministra tenga tan poco rigor, lo encuentro ridículo y negativo. La Academia no inventa, es un notario", sostiene Ana María Matute, la única escritora que pertenece a la institución. La historiadora Carmen Iglesias y la científica Margarita Salas son las otras dos mujeres que se sientan en la Academia, donde el 93% son hombres.

"No cambiaría con más mujeres en la RAE. Hay personas que defienden los cupos y otras, no. Lo importante es dar igualdad de oportunidades y que los puestos se hagan en condiciones de igualdad", asevera el académico Ignacio Bosque.

Distinta es la opinión de Pilar Careaga: "Cambiaría con el 50% de académicas. Pero ocurre que tres varones proponen a alguien que tiene que ser aprobado por una corporación varonil. ¿Es que Almudena Grandes y Maruja Torres son peores que Javier Marías o Arturo Pérez-Reverte?". Para la filóloga, el crédito de la institución está en entredicho por decisiones actuales y por exclusiones históricas: "Se califica a sí misma una Academia que no fue capaz de acoger a María Moliner, la lexicógrafa por excelencia". Moliner falleció en 1981, tres años después de que fuese admitida la primera académica: la escritora Carmen Conde.

La última persona en ingresar en la RAE ha sido el escritor Javier Marías. Días antes, publicó un artículo en este periódico que tituló: "No esperen por las mujeras". Y decía así: "Es absurdo, además de dictatorial, que diferentes grupos -sean feministas, regionales o étnicos- pretendan, o incluso exijan, que la RAE incorpore tal o cual palabra de su gusto, suprima del diccionario aquella otra de su desagrado, o ’consagre’ el uso de cualquier disparate o burrada que les sean gratos a dichos grupos". Concluía señalando que no pueden borrarse vocablos por mucho que disgusten ahora al oído, como "judiada", porque ha existido y se halla en textos clásicos.

Ante palabras cargadas de prejuicios, Eulalia Lledó no propone la supresión, sino la incorporación de una nota pragmática aclaratoria. El diccionario recoge las palabras que la sociedad crea, pero también consagra los usos lingüísticos correctos. "La RAE debería haberse puesto a la cabeza y no ir detrás del proceso de cambio que vivimos. Las palabras tienen que estar al servicio de las personas y no al revés", considera Antonio García, fundador de la Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige).

El sexismo del lenguaje comenzó a combatirse a nivel internacional a partir de la primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en 1975. No es exclusivo de las lenguas latinas. "Hay parámetros sexistas y androcéntricos universales, pero en cada lengua se manifiestan de distinta manera", indica Lledó.

Incluso el inglés, citado a menudo como un ejemplo libre de carga sexista, ha recibido la presión de movimientos sociales en los setenta y los ochenta para eliminar prejuicios. Deborah Cameron, profesora de Lengua y Comunicación en la Universidad de Oxford, pone el ejemplo de la palabra fireman (bombero), gestada a partir de la palabra man (hombre), que ha sido reemplazada con el término firefighter. Cameron advierte de que los vocablos sexistas perviven en distinto grado en el lenguaje cotidiano y en los periódicos. Y concluye: "Las instituciones pueden legislar sobre el lenguaje, pero las reformas sólo funcionan si la mayoría de los hablantes las aceptan. La gente nunca consulta a las autoridades antes de abrir la boca".



La lupa violeta, programa corrector de lenguaje sexista para Word
No es que sea especialmente recomendable la utilización de programas privativos como Microsoft Word, ya que la mejor opción sin duda es la de utilizar Software Libre pero si a pesar de ello estais utilizandólo, podeis acceder a una interesante herramienta que se descarga gratuitamente ( -no como otras ;-): La Lupa Violeta.
Recomendaciones prácticas para crear una web no sexista
T-incluye.org

El proyecto Web con Género ha elaborado un interesante análisis con perspectiva de género de la Web titulado: Estudio sobre lenguaje y contenido sexista en la Web en el que se incluyen consejos prácticos para crear una web con contenidos no sexistas, acordes con el reto de igualdad que tenemos por delante.

Desde Mujeres en Red hacía tiempo que esperábamos un trabajo que permitiera dar los primeros pasos para avanzar en las cuestiones del lenguaje sexista en la Internet. Felicitamos por ello a quienes han desarrollado el proyecto.

Todo el estudio merece la pena ser leído, pero a nivel práctico es especialmente interesante el apartado sobre propuestas concretas para la creación de una web no sexista.

PDF - 175.1 KB

http://www.tincluye.org

Las profesiones de la A a la Z

Me gustaría recordar que hay quien a veces recomienda no utilizar la denominación de un oficio en femenino con el pretexto de que podría confundirse a la hipotética mujer que lo practicase con un objeto, concepto, adjetivo, etc. De este modo, hay personas (quizás cargadas de buena intención) que recomiendan no usar un femenino, por ejemplo, como “música” porque es ambiguo y se podría confundir a una mujer que se dedicase a esta profesión con el arte que se vale de combinar los sonidos con melodía, ritmo y armonía. Tiene que decirse al respecto, que nunca se utiliza este tipo de argumento para invalidar a un masculino. Conozco más de 80 oficios que en masculino pueden confundirse con objetos o cosas (“costurero”, “frutero”, “perchero”), sitios (“colector”, “granero”, “parador”), adjetivos o atributos (“sereno”, “triguero”, “estadístico”, “demoledor”), pero jamás he oído una voz que invocara esta posible ambigüedad para vetar el uso del masculino y proponer en su lugar la utilización del femenino para denominar también el oficio en masculino, o incluso propusiera utilizar cualquier otra denominación.



PDF - 1.9 MB
Las profesiones de la A a la Z. En femenino y en masculino.

Fuente:
http://www.mujeresenred.net/

6 comentarios:

  1. Muy buen post, estoy totalmente de acuerdo contigo

    Es un placer pasear por tu blog, es uno de los mejores que visito
    Siempre te leo aunque pocas veces participo

    Un besito Rosario

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  2. Este tema da para mucho, la lengua castellana tienen muchos ejemplos de ese machismo imperante en nuestra cultura. Tuve oportunidad de transcribir hace un tiempo todo el contenido de unas jornadas sobre sexismo y escuché diversas posturas. No quiero caer en extremismos poco edificantes pero creo que sí hay que cuidar ciertos términos que usamos con asiduidad y que implican una marcada postura machista. Una palabra que siempre me esmero en no utilizar es "hombre" en el sentido genérico, siempre busco reemplazarlo por "el ser humano" o "la humanidad", términos que creo son más adecuados e igual de genéricos.
    El tema de las palabras con significados denigrantes para las mujeres y no así en su versión masculina es más que elocuente.
    Muy interesante, como siempre.

    un abrazo!

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  3. Pienso que para poder corregir el problema del sexismo linguistico debemos empezar por la escuela y la familia, educar a nuestros hijos para que eviten hacer este tipo de identificaciones. Una buena educación es la mejor base para corregir todas esas palabras que usamos y sin querer, denigramos a la mujer.
    Besos Basileia

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  4. Increible lo del lenguaje, pero muy cierto.
    Muy bien por este blog, vale la pena su contenido.

    Un fuerte abrazo.

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  5. El lenguaje no es sexista. No haces más que sacarle los tres pies al gato.

    No es lo mismo sexo que género gramatical. El género gramatical se selecciona casi arbitrariamente en todos los idiomas : La mesa, la armada, la caballería, la milicia, la redada, etc... ¿Por qué no el caballerío, el armado, el milicio tratándose de conceptos en los que están involucrados mayoritariamente hombres?

    En otros idiomas existen mínimo 3 géneros: Masculino, femenino y neutro como, sin irnos muy lejos, en el alemán. En español, lo de reducirlo todo a masculino-femenino ha sido única exclusivamente por simplificar el lenguaje.

    Y como curiosidad, en alemán Sie significa tanto ella como usted. En italiano Lei significa tanto ella como usted ¿Decimos que el italiano y el alemán son feministas por usar el femenino para el lenguaje formal?

    Yo cuando hablo no pienso en si lo que digo suena machista o feminista. Cuando digo por ejemplo "todos estáis invitados" pienso tanto en mujeres como en hombres. El machismo está en los ojos del que mira. Y eso es porque en españa existe el plural genérica que usa por defecto la terminación -o. Si usase la terminación -a, nos habríamos acostumbrado igual.

    Lo que es inadmisible es que pretendáis que digamos cosas como "todos y todas estáis invitados e invitadas", eso es una aberración. ¿De verdad consideras que es supone la evolución del lenguaje? El lenguaje evoluciona para ser más fluido. También para adpatarse a la sociedad de cada momento pero no, si esa adaptación supone una pérdida en la fluidez que es el aspecto más importante de un idioma puesto que, al fin y al cabo, los idiomas están hechos fundamentalmente para hablarlos.

    Y ya en último caso ¿Qué importa si todo esto tuvo connotaciones machistas en un principio? Esa supuesto machismo ya ha desaparecido en nuestra lengua aunque veas demasiadas terminaciones o. Lo único que quizás admito es lo que dices de reordenar la RAE de modo que en vez de abogado-a, aparezca por orden alfabético abogada-o pero vamos, es algo que a mi particularmente no me preocupa, vamos, duermo bien por las noches.

    Creo que hay otras cosas más importantes que os quedan por luchar que esto. Si vais a ver en todo remanentes de machismo, nunca alcanzaréis vuestra tan ansiada igualdad, más que nada porque vosotras mismas os automarginareis, nunca os considerareis iguales.

    Menos mal que la mayorías de las mujeres son algo más coherentes y luchas por motivos verdaderamente relevantes.

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  6. Efectivamente este no es un blog que trate la gramática española y su género, pues cabría mencionar sustantivos que dependiendo si es plural o singular, cambia de género masculino a femenino (el agua/las aguas por poner un ejemplo), sino de algo más serio que sí para tí no es relevante un abuso o un maltrato, para muchos sí.

    Este post no es más que una connotación de lo que puede llegar a ser el machismo en la vida cotidiana (siempre partiendo de la base que no soy nada feminista y quien me conoce fuera de este mundo virtual podría afirmarlo) y su forma de hablar.
    ¡¡Que machote aquel que se acuesta con muchas mujeres y que puta la que lo hace con diversos hombres!! Estamos TODOS y TODAS cansados de oirlo por ponerte otro ejemplo más y no pasa nada, es más, al igual que tú, es tan banal que no me quita el sueño.

    Luchar por una igualdad es algo que concierne a todos, hombres y mujeres y en una sociedad como la nuestra, deberíamos haberlo superado hace tiempo, pero hoy por hoy no se a conseguido y no es porque nos automarginemos, no, si no porque aún prevalece cierto dominio por parte del hombre hacia la mujer y es eso, SOLO eso, lo que denuncio en este blog.
    Soy mucho más coherente de lo que puedes pensar y mi lucha, repito, va más allá del léxico español. Solo me queda invitarte a que veas más post del blog y veas los motivos reales por los que lucho.

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Seria interesante saber tu opinión. Gracias.

Un bonsái no es un árbol que no crezca, es un árbol al que se le impide crecer, al que se le van podando ramas, cortando raíces, manipulando su crecimiento natural, a capricho absoluto de su cultivador. Pero al mismo tiempo, se va regando y cuidando con esmero para mantenerlo, porque el verdadero placer es que crezca bajo el control de sus manos y de su imaginación. Y así obtiene “su obra”. Es decir, la misma persona que va “destrozando” la planta es la misma persona que le permite que siga viva. Profesor psiquiatra forense Lorente Acosta (El efecto Bonsai)

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LA ARMONÍA DEL SILENCIO, mi nuevo blog.

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A veces, me refugio aquí.
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