En demasiadas ocasiones,
la mano que acaricia
se convierte en puño que golpea.
He oído decir que hay hombres que no creen maltratar a sus mujeres porque no les hacen sangre. No sangran después de una paliza brutal. No sangran. Y a los servicios de urgencias de los hospitales acuden mujeres que no sangran, del brazo de sus maridos, con fracturas, magulladuras y hematomas por todo el cuerpo. Se ha caído por las escaleras, dice él. Y ella afirma con la cabeza.
Y he oído decir que muchas mujeres maltratadas disculpan a sus agresores sosteniendo que les pegan porque las quieren. Y llega el perdón. Y en nombre del amor, ellas perdonan y se lamen las heridas en silencio. Y en silencio esperan que el tiempo recomponga sus huesos partidos y les devuelva la ternura que conocieron en la mano que acarició sus sueños, ahora rotos.
Esperando siempre, porque un día, un día que son incapaces de recordar, el hombre que las amaba cambió y puede cambiar de nuevo. Y esperan, asomadas al abismo del amor, hasta que sus miradas se convierten en vértigo. Y es entonces cuando, las que tienen la fortuna de reconocerse en el horror, dan un paso hacia adelante. Y saltan.
He oído decir, a José Saramago, le he oído decir, que el amor mata cuando muere, y que empieza a matar cuando empieza a morir. Pero dónde están los límites, dónde se encuentra la línea entre el amor y su muerte. Quién es capaz de señalar el punto exacto de esa fractura. Cuánta desolación, cuántos deseos estamos dispuestos a soportar en nombre del amor, antes de reconocer que el amor ha muerto, y más aún, que el amor nunca existió, o que duró lo que tarda en desaparecer la confusión de un deseo: amar y ser amados.
He oído decir, que no es fácil saltar. En demasiadas ocasiones, el perdón frena el salto. "El perdón forma parte del ciclo de la violencia", le he oído decir a Nuria Varela, autora del libro Íbamos a ser reinas. "Ellos piden perdón, regalan flores. Y ellas perdonan". Y es que las mujeres estamos educadas en el perdón. El perdón forma parte de la herencia cristiana que pervive en una sociedad que se ha acostumbrado a decir "contigo hasta que la muerte nos separe", cuando lo correcto sería unirse a alguien con una sola condición: contigo hasta que muera el amor que nos une.
He oído decir, que no es fácil saltar. En demasiadas ocasiones, el perdón frena el salto. "El perdón forma parte del ciclo de la violencia", le he oído decir a Nuria Varela, autora del libro Íbamos a ser reinas. "Ellos piden perdón, regalan flores. Y ellas perdonan". Y es que las mujeres estamos educadas en el perdón. El perdón forma parte de la herencia cristiana que pervive en una sociedad que se ha acostumbrado a decir "contigo hasta que la muerte nos separe", cuando lo correcto sería unirse a alguien con una sola condición: contigo hasta que muera el amor que nos une.
Yo he oído decir que el maltrato es un problema de complicidad social, que una parte importante de la sociedad mantiene los ojos cerrados y se tapa los oídos ante un problema que nos atañe a todos.
Y he oído decir que el maltratador considera al hombre como único interlocutor válido, como su igual. Y que son muchos los hombres que alzan la voz contra la vergüenza desde diversos foros y señalan con el dedo al maltratador.
Yo he oído decir que es preciso tomar medidas legales, administrativas, económicas, sociales, para que se hagan posibles los sueños.
He oído cantar a Amancio Prada: "Libre, te quiero. Libre. Pero no mía. No, no, no mía. Ni de Dios, ni de nadie, ni tuya siquiera".
(Desconozco la autoría)
Y quienes lo intuimos o sabemos, debemos denunciar para no ser cómplices del maltratador con nuestro silencio. Que ni es respeto a la intimidad de nadie, ni intromisión en la vida ajena, si se hace desde la verdad y la justicia.
ResponderEliminarDos abrazos y un beso, Susana
http://almostfairy.blogspot.com/2010/10/cuando-es-suficiente.html
ResponderEliminarEs una entrada que yo hice con la misma inquietud que Tu ante este tema...
Te Sigo muy de cerca!
Gracias por todas y cada una de tus entradas!!
Un saludo sincero!
Increible texto
ResponderEliminarun beso corazon
Toda mujer debe tener en cuenta que los desprecios, la falta de respeto, la humillación etc, no deja huella visible y es tan maltrato como una bofetada.
ResponderEliminarUn gusto leerte, (como siempre).
Bsss.
Mi querida Su,te eché muchísimo de menos.Ahora que regresas yo me ausento,pero quiero que te lleves un regalo de mi Laberinto.
ResponderEliminarCuídate mucho y mi abrazo protector.
Morgana.
Gracias por los comentarios que habeis dejado, a mí tambien me gustó este texto y por eso quise compartirlo.
ResponderEliminarBesines.
Mari cielo, siento los motivos de tu ausencia, me tomé digamos que unos días de vacaciones y me apetece un poco publicar en los blogs.
ResponderEliminarCuidate un mundo y cuando suba a Madrid hablamos.
Mil besos preciosa.
Hola Susana,tu nos ablas de violencia:pero no de amor,y todos,das lo savemos que el amor es baliente, manso, prudente, silencioso.
ResponderEliminarPero hay otra violencia,que es la de aprovechar las divilidades, martilleando sicologicamente,solo con palabras: eso si violentas.
Hay tantas cosas que nos hacen sentir berguenza agena!.
Que alegria el bolverte ha saludar una abraçada
QUE GUSTO TENERTE DE NUEVO POR ACA, ESPERO QUE ESTA VEZ SEA POR LARGO TIEMPO, YO TAMBIEN TE HE EXTRAÑADO MUCHO.
ResponderEliminarYO TAMBIEN HE OIDO DECIR MUCHAS COSAS DE AQUI, PERO ESO NO BASTA, HAY QUE DENUNCIARLO!!!!!!
UN ABRAZO BIEN APRETADITO.
Julio, llevas razón, es muy triste saber todo tipo de maltrato existente no sólo hacia la mujer, sino hacia todos los seres humanos, independientemente de sexo, raza o creencia. Quizas algún día esto cambie. Un fuerte abrazo y mis cariños.
ResponderEliminarAngela, reina, ya sabes, hoy estoy, mañana, .... Dios dirá. Achuchones.
Susana, he llegao a tu orilla de casualidad pero me alegro mucho de haberlo hecho :) Ese relato del bonsai es muy bueno, yo se lo escuché contar a Juan Ignacio Paz. Te pongo en favoritos porque quiero ver tu blog mas despacio y ahora voy liailla de tiempo, te felicito por lo que he visto y te agradezco mucho tu trabajo. Te mando un abrazo cálido, y un beso.
ResponderEliminarMe alegra saber de ti, alke sea por aki
ResponderEliminarkuidate
JL
Hermoso texto, como una cachetada a la realidad, un despertar así de golpe que nos hace pensar. Muy bueno te felicito. Muy bueno como siempre tu blog.
ResponderEliminarUn beso y Feliz día de la mujer.
JL, gran alegría al verte por aquí, espero que tú tambien estes bien.
ResponderEliminar(Me cuido)
Besines