13 may 2009

EFECTOS DEL ASI:Desórdenes Alimenticios


Los desórdenes de alimentación son una epidemia entre las sobrevivientes de violación y abuso sexual. Muchos de los problemas asociados con estos desórdenes son los mismos a los que se enfrentan las sobrevivientes: sentimientos de poca valía, depresión, baja autoestima, pérdida de control, etc.
Comer de forma anormal es una de deformación de la imagen corporal y puede ser usado para bloquear sentimientos demasiado dolorosos. Cuando tienes un desorden de alimentación tu comportamiento está motivado por factores que te hacen actuar en contra de tus propios deseos. Estudios han demostrado que entre las personas que sufren de algún desorden de alimentación, un gran porcentaje puede haber sido víctima de abuso sexual. En estos casos, un desorden de alimentación se puede considerar como un mecanismo para lidiar con este hecho. Comer en exceso o la inanición puede darle a las sobrevivientes la falsa idea de tener control sobre sus cuerpos, cuando sintieron que no lo tenían mientras eran abusadas.




Datos y búsqueda de soluciones



El hecho de comer es controlado por muchos factores, incluyendo el apetito, la disponibilidad de comida, las prácticas culturales y familiares e intentos voluntarios de control. Hacer dieta hasta alcanzar un peso menor que el necesario para mantener una buena salud está siendo altamente promovido por la moda actual, las campañas y propaganda de comidas especiales y en algunas actividades y profesiones. Los desórdenes de alimentación involucran serios disturbios en el comportamiento alimenticio, como la reducción de comida a niveles extremos y poco saludables o el comer en exceso, al igual que sentimientos de estrés o extrema preocupación por la forma corporal y el peso.
Actualmente se está investigando cómo y por qué comportamientos que inicialmente son involuntarios, como comer menos o más cantidad que lo usual, en algún punto se descontrolan y se desarrolla un desorden de alimentación. Estudios sobre la biología básica del control del apetito y su alteración por inanición o por comer en exceso por períodos prolongados, tiene una gran complejidad, pero en el largo plazo tiene el potencial para pensar en nuevos tratamientos farmacológicos para los desórdenes de alimentación.
Estos desórdenes no se deben a un fracaso o a la falta de voluntad, sino que son enfermedades médicas reales y tratables en las cuales ciertos patrones de comportamiento comienzan a controlar nuestras vidas. Los principales tipos de desórdenes de alimentación son la anorexia nerviosa y la bulimia nerviosa. Un tercer tipo, la sobreingesta compulsiva (en inglés, "binge eating"), ha sido sugerido pero aún no aceptado como un diagnóstico psiquiátrico formal. Las mujeres estamos mucho más expuestas a desarrollar este tipo de desórdenes. Sólo entre un 5 y un 15 porciento de las personas con anorexia o bulimia y un 35 porciento con desorden de sobreingesta compulsiva son hombres. Los desórdenes de alimentación generalmente se desarrollan durante la adolescencia y la adultez temprana, pero algunos estudios indican que pueden comenzar durante la niñez o incluso más tarde en la adultez.
Los desórdenes de alimentación generalmente ocurren con otros desórdenes psiquiátricos como lo son la depresión, el abuso de sustancias y los desórdenes de ansiedad. Las personas que los padecen pueden sufrir una amplia gama de complicaciones en su salud física, incluyendo serias condiciones cardíacas y fallas renales, las que incluso pueden llevar a la muerte. Por lo tanto, reconocer los desórdenes de alimentación como enfermedades reales y tratables es críticamente importante.
Anorexia Nerviosa
Es un desorden alimentario caracterizado por una percepción alterada de la imagen corporal, un rechazo a mantener el peso mínimo para la altura, un terror a ser obeso y un gran miedo a subir de peso. La preocupación por la comida o por lo que se come y el temor a engordar son parte esencial de este desorden. Se pueden distinguir dos grupos de pacientes anoréxicas: las restrictivas y las compulsivas purgativas.
El primer grupo consigue su meta mediante la restricción exagerada de alimentos y el establecimiento de un plan estricto y también exagerado de ejercicios físicos. El segundo grupo incluye en su arsenal de tratmiento contra el peso el uso de purgas o laxantes, posterior a lo que consideran atracones ocasionales, aún cuando la ingesta de comida por ellos es mínima.
Se estima que entre el 0,3 y el 3,7 por ciento de las mujeres sufren de anorexia nerviosa en algún momento de sus vidas.
Algunos síntomas son:
  • Pérdida de peso significativa (al menos un 15% del peso corporal normal)
  • Amenorrea (pérdida de la menstruación) por al menos tres meses seguidos
  • Color pálido y mareos o desmayos frecuentes
  • Alimentación restrictiva, con dietas severas o ayunos prolongados
  • Rituales extraños de alimentación, como contar los bocados de cada alimento, cortar la comida en trozos muy pequeños o preparar comida para otros rehusándose a comerla
  • Miedo intenso a engordar, el cual no disminuye conforme progresa la pérdida de peso
  • Distorsión de la imagen corporal: sentirse "gorda" a pesar de estar escuálida
  • Rehusarse a mantener un peso normal mínimo
  • No existe ninguna enfermedad física que pueda explicar la pérdida de peso
  • Estreñimiento
  • Preocupación por las calorías de los alimentos
  • Dolor abdominal
  • Vómitos
  • Restricción progresiva de alimentos y obsesión por la pesa
  • Preocupación excesiva por la imagen
  • Abundancia de trampas y mentiras respecto a los alimentos
  • Hiperactividad
Bulimia Nerviosa
La bulimia es un desorden que puede durar décadas y, a diferencia de la anorexia, se caracteriza por atracones de comidas importantes y excesivos, con posterior estímulo de vómitos, la utilización de laxantes, diuréticos y purgantes, ejercicios físicos excesivos y dietas extremas para compensarlo. Estas pacientes, a diferencia de las anoréxicas, generalmente mantienen un peso normal.
La paciente bulímica tiende a ingerir alimentos en igual o mayor cantidad que el resto de las personas con las que, por lo general, comparte y come a diario, para luego ir a vomitar lo ingerido o provocar su expulsión mediante el uso de laxantes y purgantes. Esa es la manera de sentirse aceptado por la sociedad, sin aumentar de peso.
Se estima que entre 1,1 al 4,2 por ciento de las mujeres sufre de bulimia nerviosa en algún momento de sus vidas.
Algunos síntomas son:
  • Fluctuaciones frecuentes en el peso, a veces en un rango de 5 a 7 kilos
  • Glándulas inflamadas, mejillas u ojos hinchados
  • Sufrir "atracones" (hechos recurrentes de ansiedad o compulsión para comer) y luego sentimientos de culpa, pensamientos despreciativos de sí misma y miedo de no poder parar de comer voluntariamente
  • El "atracón" o la purga ocurren en promedio al menos dos veces por semana durante tres meses
  • Esfuerzo repetitivo por tratar de perder peso con dietas severamente restrictivas, el vómito inducido, un régimen de ejercicio excesivo o el abuso de laxantes, enemas, diuréticos o medicamentos
  • Depresión frecuente y autocriticidad severa
  • Valor personal fuertemente influenciado por el peso
  • Seguimiento de diversas dietas
  • Deshidratación
  • Afecciones esofágicas y estomacales
  • Problemas de mala absorción intestinal
  • Alteraciones menstruales
  • Aumento de caries dentales
Sobreingesta Compulsiva
Es el desorden alimentario que se observa en la mayoría de las personas con sobrepeso y obesas, aunque hay personas delgadas que pueden presentar este desorden. Se caracteriza por la necesidad de ingerir alimentos de manera compulsiva y excesiva. Es una conducta repetitiva que, a pesar de saber que es dañina, no puede ser evitada.
La ingesta de alimentos se realiza de manera inconsciente, y no es sino hasta después de ingeridos que la persona se da cuenta de lo sucedido y tiene una estrecha relación con el estado emocional. Recordemos que los azúcares, almidones y harinas refinadas tienen un efecto calmante (razón por la cual se utilizan paletas y caramelos para calmar a los niños pequeños luego de un susto).
La mayoría de los comedores compulsivos tienen predisposición genética, sumado al poco tiempo que se tiene para comer adecuadamente debido a un ritmo acelerado de vida. Poseen una personalidad obsesiva y perfeccionista, problemas emocionales diversos y una tendencia a la ingesta de comidas "chatarras" o rápidas.
Muchas de nosotras podemos haber tenido un episodio de atracón en nuestras vidas, pero para poder catalogar a una persona como comedora compulsiva se necesitan cumplir varias condiciones: episodios repetitivos de atracones, sin poder controlar lo ingerido, con ingesta de alimentos aún si se está repleto o lleno o si no se tiene hambre, comer rápido y el sentimiento de culpa sólo después de haberse dado el atracón.
Se estima que entre el 2 y el 5 por ciento de los estadounidenses tienen el desorden de sobreingesta compulsiva en un período de 6 meses.
Algunos síntomas son:
  • Aumento de peso
  • Hipertensión y fatiga inducidas por el peso
  • "Atracarse" y luego tener sentimientos de culpa, pensamientos despreciativos de sí misma y miedo de no poder parar de comer voluntariamente
  • Los "atracones" ocurren en promedio al menos dos veces por semana durante seis meses
  • Pasar de una dieta a otra
  • Restricción de actividades social por vergüenza del peso
  • Comer poco delante de otros mientras mantiene un peso elevado
  • El peso pasa a ser lo más importante en la vida
  • Pasarse fantaseando de que sería una mejor persona si se fuera delgada
Tratamiento
El tratamiento efectivo de los desórdenes alimenticios cubrirá adecuadamente las partes psicológica, nutricional, médica, familiar y hasta espiritual de las pacientes. El ayudar al individuo a aceptarse tal y cual es, y comprender que es un ser humano y, como tal, tiene defectos y virtudes, y que en esas virtudes es en lo que realmente debe trabajar para ser una mejor persona, lejos de mantener la idea de que el físico es la llave de la puerta al éxito, es fundamental para comenzar con el resto del tratamiento y recuperación de estos individuos.
La finalidad no es meterle en la cabeza a las personas que está bien ser obesas ni mucho menos, sino que aprendan a aceptarse y trabajar sanamente el cuerpo. No todos podemos tener una figura de modelo, pero con comer equilibradamente y ejercitarnos podemos ser personas sanas, tanto física como mentalmente.
También se debe tener en mente que la actividad física es fundamental, pues además de proporcionarnos energía ayuda a quemar calorías. No debemos olvidar ser críticos ante los excesivos mensajes publicitarios de que se debe tener una imagen corporal falsamente perfecta, para que así no se convierta en una meta por alcanzar. Actualmente, la búsqueda de una apariencia física perfecta que permita ser aceptado social y laboralmente al precio que sea, ha llevado a muchas personas a someterse a torturas psicológicas y físicas, a tener enfermedades como anorexia, bulimia, obesidad y sobreingesta compulsiva, y con una calidad de vida deprimente. Las dietas que se siguen en estos desórdenes alimentarios tienden a ayudar a perder peso, el que luego se recupera con gran facilidad al poco tiempo (dietas yo-yo).
Es en extremo importante aprender a comer adecuadamente, mediante planes nutricionales que nos permitan ingerir todos los grupos básicos de alimentos, evitando los excesos y abusos. La tergiversación de una dieta balanceada, por una dieta incompleta o vacía, que permita la pérdida de peso a costa de otros factores importantes como masa muscular, van en detrimento de nuestro cupero y, lo que es peor, de nuestra salud física y mental.
Fuentes:
http://www.nimh.nih.gov
http://www.dancinginthedarkness
http://www.saborysalud.com
"Desórdenes Alimenticios", por la Dra. Julissa Rodríguez Dufau (Cirujana vascular periférica)

5 comentarios:

  1. HOLA SU...SINCERAMENTE ,ME QUEDO SIN PALABRAS ANTE TODO LO QUE NOS MUESTRAS ,PRODUCTO DE DESGRACIADOS Y DEL CONSUMISMO,QUE NOS VENDEN MODELOS DE TALLA 34 CON 1,80...¿CAMBIARA?
    BESOS CIELO.MJ

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  2. Mi enhorabuena por esta entrada Su. Este es un problema bien serio del que hay que buscar ayuda profesional para salir de él lo antes posible.
    Las estadísticas de personas anoréxicas y/o bulímicas crecen alarmantemente.
    Espero que estés bien Su, hablamos cuando quieras.
    Petons nena.

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  3. ¡¡¡Me estás asustando!!! A pesar de que soy bastante delgada, como cómo una vikinga, para mi comer es un placer de la vida y comer en cantidad más, repito hasta 3 veces de plato si la comida me gusta, pero no me siento culpable ni nada...espero no tener ningún desorden raro de estos,que me estoy empezando a asustar.Besos

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  4. Qué suerte que hoy día se hagan tantas investigaciones sobre estos temas tan importantes para la salud y las entidades médicas estén preparadas para afrontarlos.
    Yo tengo 44 años y recuerdo que en mi secundaria (con apenas 15 años) una amiga sufría de anorexia nerviosa.. pero en aquella época no se sabía absolutamente nada del tema!!
    Los padres estaban desesperados, los maestros y nosotros sus amigos no sabíamos cómo ayudar. Creo que hoy día nos hubiera sido más fácil el tema.
    Gracias por publicitarlo, un beso♥

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Seria interesante saber tu opinión. Gracias.

Un bonsái no es un árbol que no crezca, es un árbol al que se le impide crecer, al que se le van podando ramas, cortando raíces, manipulando su crecimiento natural, a capricho absoluto de su cultivador. Pero al mismo tiempo, se va regando y cuidando con esmero para mantenerlo, porque el verdadero placer es que crezca bajo el control de sus manos y de su imaginación. Y así obtiene “su obra”. Es decir, la misma persona que va “destrozando” la planta es la misma persona que le permite que siga viva. Profesor psiquiatra forense Lorente Acosta (El efecto Bonsai)

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LA ARMONÍA DEL SILENCIO, mi nuevo blog.

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A veces, me refugio aquí.
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