29 jun 2009

HOMBRES EN LUCHA CONTRA LOS MALOS TRATOS (LA OTRA CARA DE LA ENTRADA ANTERIOR) (ENTRADA PROGRAMADA)

En estos tiempos que corren, las mujeres, en nuestra lucha por la igualdad estamos cambiando la manera de relacionarnos con la sociedad y con nosotras mismas. El siglo pasado ha sido un siglo de cuestionamiento del poder que subordina a las mujeres, un cuestionamiento que desafía a los modelos tradicionales de relación entre mujeres y hombres.
Hace 50 años la imagen colectiva de los hombres era bastante clara: hombre trabajador, padre fuerte y disciplinado, poco involucrado en la familia. Pero la igualdad de géneros, por supuesto que no solo ha afectado a las mujeres, los hombres también se ven involucrados en estos cambios, de manera que tienen que adaptarse a estos cambios sociales
Los hombres por su parte son conscientes de estos cambios y por lo general hay un reconocimiento sobre los beneficios obtenidos por éstas, lo que no queda tan claro para estos es que los cambios les beneficien.

Entre los varones mayores, existe un cierto clima de alarma, ciertos hombres se sienten atacados y sobre todo descolocados, ya que todo para lo que fueron educados, está cambiando, incluido la manera de relacionarse con la mitad de la población que representamos las mujeres. El ritmo de los cambios por nuestra parte es percibido como muy rápido, lo que les hace sentir que no tienen el suficiente tiempo para adaptarse a estos. Se tienen dudas sobre lo que se espera de ellos, de lo que se les exige, de que no se valoren sus esfuerzos de adaptarse a las nuevas circunstancias, y sobre todo existe el miedo a que se les culpe personalmente de la pervivencia de la sociedad patriarcal.

Algunos grupos de hombres sienten que tienen que cambiar, para adaptarse a los cambios de las mujeres, pero no por ellos mismos, lo hacen por que se sienten presionados por el entorno, pero sintiendo que perdiendo privilegios, a este tipo de hombres, les cuesta darse cuenta de lo beneficioso de estos cambios también para ellos, se les hace difícil valorar lo positivo de pasar más tiempo con sus hijos, de ocuparse de las tareas de casa, de modificar los roles de género en la pareja…
Lo cierto es que hoy en día existe una falta de modelos masculinos igualitarios, lo que puede hacerles más difícil la tarea a los más jóvenes, pero también es cierto que la evolución de los roles de género esta cada vez más presente en la sociedad, lo que compensa esta falta de modelos.Pero como en todo, existe una cara muy positiva, que cada vez se valora más, y es que los hombres de este siglo se han librado del yugo del aparentar ser valientes, duros e insensibles. Cada día más, los hombres sienten que pueden ser de carne y hueso, se perdonan los fallos de una manera emocionalmente sana, se permiten sentir, desarrollarse personalmente en otros términos lo que probablemente les ayude a conocer aspectos, anteriormente olvidados o guardados en el desván por vergüenza.


Los hombres, por lo general, son conscientes de los cambios que hemos y estamos consiguiendo las mujeres. Poco a poco el discurso por la igualdad va calando en la sociedad al completo, sobre todo entre los grupos más jóvenes.

Los estudios de género se han centrado por lo general en las mujeres, y por ello existen pocas investigaciones sobre cómo están enfrentando los hombres, los cambios protagonizados por el sector femenino. En España algunos de los pocos estudios que se han realizado nos revelan que existen tres grupos de varones en cuanto a actitud hacia el cambio de las mujeres:
  1. Los favorables al cambio de las mujeres: Este grupo por lo general se compone de los varones más jóvenes, con un nivel cultural medio alto, con estudios, por lo general viven en ciudades grandes, solteros y sin hijos. La cuestión es que entre los hombres que pertenecen a este grupo son pocos los que cuestionan su comportamiento, es decir, algunos ven bien los cambios de las mujeres de una manera interesada, ya que les viene bien que tengan ingresos o que asuman más responsabilidad; otros ven los cambios como positivos pero no sienten que tengan que cambiar su propio comportamiento, por lo que en la práctica no son igualitarios; y un pequeño porcentaje son los que cuestionan su rol masculino y creen que deberían cambiarlo para que las relaciones entre hombres y mujeres sean más igualitarias.
  2. Los contrarios a los cambios de las mujeres: Se encuentran más frecuentemente entre los mayores de 55 años, o entre aquellos con estudios medios, relacionados con mujeres que solo trabajan en el ámbito doméstico, trabajadores poco cualificados y que viven en pequeñas cuidades. Su discurso es androcéntrico, machista o paternalista. Son por lo general contrarios a las reivindicaciones feministas y la suelen entender como un intento de dominar a los varones.
  3. Los ambivalentes frente a los cambios de las mujeres: Suele predominar entre los que están alrededor de 45 años, en determinados aspectos de la igualdad, existe acuerdo y en otros no, por lo que se pueden situar, a veces en el grupo de los favorables y, a veces, en el de los desfavorables, dependiendo del aspecto de la igualdad real al que nos remitamos. Suelen ser los que más incomprendidos y desconcertados se sienten ante estos cambios. Viven los cambios con más resistencia pasiva, que con rechazo o colaboración y se sienten temerosos de perder sus privilegios. Casi todos se sienten cansados de las reivindicaciones feministas, y sobre todo de que no se valoren sus esfuerzos por adaptarse a estos cambios.

“Los Estados, los hombres y las mujeres que integran las sociedades,

han de defender, como una de las bases democráticas,

que la violencia y el maltrato denigra a quien lo ejerce

y constituye una violación de los derechos humanos y las libertades fundamentales”

(NACIONES UNIDAS)
Las asociaciones de hombres que luchan por la igualdad de género, lo tienen muy claro: “Hacen falta hombres que luchen contra la violencia de género” Este es el mensaje que mandan las asociaciones a todo aquel que se quiera unir en esta lucha. En España existen muchos grupos de hombres que luchan para eliminar los malos tratos, son hombres conscientes de la necesidad de cambio del planteamiento de la masculinidad, conscientes de cuánto ganamos todos, nosotras y ellos con el cambio hacia la igualdad. En el año 2008 se ha creado en España una campaña estatal llamada “Rompiendo el Silencio” en la que participan muchas asociaciones y grupos de hombres como: Foro de Hombres por la Igualdad de Sevilla, el Grupo de Hombres Vitoria-Gasteiz, Heterodoxia, Red de Hombres por la Igualdad, Grupo de Hombres contra la Desigualdad de Género de Madrid, Una Asamblea de Hombres contra la Violencia de Género de Madrid, Prometeo León, AHIGE Cataluña, Foro de Hombres por la Igualdad de Roquetas de Mar, etc., además de muchos otros hombres a título personal. Para ilustrar con más detalle, los principios de estas asociaciones, voy a reproducir, el manifiesto convocatoria de la II Manifestación contra el machismo y su violencia ocurrida en diversas ciudades españolas el 25 de noviembre de 2008:
“El fenómeno de la Violencia de Género es de una magnitud escalofriante. Ante él, los hombres no podemos desviar la vista como si fuese suma de “casos particulares” a los que somos ajenos. La violencia machista es una lacra social que sufren abrumadoramente las mujeres, y que se expresa también la homofobia y la transfobia o en ataques contra algunos hombres cercanos a las mujeres agredidas o que tratan de impedir alguna agresión.
Los hombres somos responsables de este inmenso problema social. Tenemos que reaccionar mucho más y decir NO. Nuestra reacción no puede hacerse esperar a que se produzcan situaciones extremas de violencia física. No podemos ignorar que, en un marco social patriarcal, los varones asumimos y desarrollamos, de forma consciente o inconsciente, prácticas cotidianas de coacción y discriminación de las mujeres. Hay que actuar mucho antes: Es urgente que todos los hombres nos identifiquemos y renunciemos de forma práctica y cotidiana a los privilegios de los que nos aprovechamos como si fuese algo natural, pero que llanamente son abuso y caldo de cultivo para la violencia.


"Las cifras indican tozudamente que los hombres seguimos desviando hacia las mujeres las tareas de cuidado y las responsabilidades de la vida cotidiana, doméstica y afectiva, de lo que deriva su discriminación laboral, una sobrecarga física y mental y la apropiación masculina de los espacios de decisión y poder. La igualdad en todo tipo de tareas y responsabilidades es condición necesaria para alcanzar la igualdad en el trabajo y la vida social."
"Los hombres tenemos que cambiar nuestras mentalidades, actitudes y conductas, renunciando al silencio, inmovilismo y resistencia pasiva que sigue produciendo desigualdad y dan aliento a la violencia machista. Ese cambio es nuestra responsabilidad personal, pero también debe ser fomentado y favorecido socialmente. Por ello, apoyamos a las mujeres y a sus organizaciones cuando exigen a los poderes públicos acciones positivas y efectivas contra la desigualdad de género, iniciativas y leyes dotadas de los suficientes medios, dirigidas a lograr un reparto equitativo de todas las tareas y responsabilidades de la vida cotidiana, social, doméstica o laboral, a poner fin a toda situación de privilegio masculino, legal o de hecho, y a reconocer y garantizar plenamente el derecho de las mujeres a decidir, sin tutelajes ni coacciones, sobre su vida, sus afectos, su sexualidad y su maternidad.”

A la primera señal de malos tratos llama






Fuente:
http://tnrelaciones.com/

6 comentarios:

  1. estoy totalmente de acuerdo , en que hay que cambiar ciertos roles, de la convivencia entre hombres y mujeres, pero si nos paramos y leemos entre lineas, un gran sector de la poblacion, comprendida a partir de los 50 años, los cuales fueron educados en su mayoria, por mujeres, la educacion recibida, fue discriminatoria en ambos sentidos, y desigualitaria, pero tratando siempre de educar a sus hijos , de la misma forma que fueron ellas educadas.
    Tambien es cierto que nadie nace sabiendolo todo, incluso hoy, las parejas cometen errores, de educacion, lo que quiero decir, es que de nosotros depende, en conjunto , el cambiar las cosas, seguro que cometeremos errores, pero si sabemos aprender de ellos llegara un dia que nuestros hijos, no los cometeran.
    todos somos iguales ,independientemente del sexo, el color de la piel,etc, y mientras la gente siga ignorando ciertos valores, y ciertos comportamientos ajenos a una convivencia natural ,estaremos perdidos, te dejo un besazo enorme

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  2. Hola
    Muy interesante este post que nos da una amplia y acertas visión de la otra parte.
    Como en todo ésto es un proceso, que necesita un tiempo a medida que las nuevas generaciones se van incorporando a la vida social y de pareja y las otras van aceptando y adaptándose a los cambios.
    Se va acabando por suerte aquellos tópicos del hombre .

    Es de agradecer el buen trabajo que haceis.
    Un abrazo con cariño.

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  3. Hola guapetonas,
    Estupendo post. La verdad es que a veces nos olvidamos que para ellos también es difícil adaptarse a esta nueva forma de vivir y pensar. Por lo que he leído yo calificaría a mi marido en el tercer grupo, y esto es ya todo un logro porque al casarnos él estaba en los del 2º pero claro, se casó con alguien que no estaba dispuesta a quedarse en casa calladita y esperando el regreso del guerrero para servirlo. ¡La de peleas que hemos tenido! jajaja... Y mira por donde, al final le vino bien hacerme caso e ir cambiando poco a poco porque ahora que estoy en silla de ruedas no le ha supuesto un trauma el tener que llevar la casa él solo, y la pensión que cobro gracias a haber trabajado (el no queria que trabajase) nos viene muy bien para poder tener ayuda doméstica y para enfrentar la crisis.
    Desde aquí quisera enviar un gran abrazo a todos los hombres por el esfuerzo que están realizando para comprendernos e intentar que las cosas cambien para bien.
    Y como no, otro para vosotras por el trabajo tan estupendo que estáis haciendo con este blog.

    P.D.
    Encantada de conocerte Celia, espero que Basilea se recupere prontito, dale un gran beso de mi parte.

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  4. Estupenda esta entrada!...creo que es más que evidente que además de la toma de conciencia por parte de las mujeres para que se produzca un cambio real en al sociedad, es imperioso que los hombres cambien sus actitudes, rompiendo los moldes de machismo heredados y sostenidos a fuerza de imponer su fuerza y su dominio sobre la mujer.


    Basileia, te reitero mis felicitaciones!


    Hasta cada rato!

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  5. Es verdad al hombre se lo ve descolocado, con tanto avance de la mujer, empieza a reclamar las cosas que no podemos hacer por ocuparnos de otras cosas tal vez más egoístas, más para una, pero a la larga, creo, se van a ir adaptando, no les queda otra, cuando se trata de luchar a la par, nosotras respondemos, bueno, ahora les toca apoyar nuestros avances.......
    besitossss
    andrea
    vision-femenina.blogspot.com

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  6. Mucho hilo para sacar de este tema, la mujer evoluciona y el hombre obligatoriamente a de hacerlo para que no quedarse atrás y terminar como un pelele ante su pareja, pero por desgracia el mundo feminista antepone sus progresos personales a los de los congeneres, lo mismo que paso con el machismo. La igualdad de sexos es una utopia, el papel del hombre sabemos donde esta y el de la mujer debe seguir donde durante años a estado, eso, y sin ninguna guanta o paliza deberia ser lo idoneo (siempre estare contra la violencia). Buenos dias

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Seria interesante saber tu opinión. Gracias.

Un bonsái no es un árbol que no crezca, es un árbol al que se le impide crecer, al que se le van podando ramas, cortando raíces, manipulando su crecimiento natural, a capricho absoluto de su cultivador. Pero al mismo tiempo, se va regando y cuidando con esmero para mantenerlo, porque el verdadero placer es que crezca bajo el control de sus manos y de su imaginación. Y así obtiene “su obra”. Es decir, la misma persona que va “destrozando” la planta es la misma persona que le permite que siga viva. Profesor psiquiatra forense Lorente Acosta (El efecto Bonsai)

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LA ARMONÍA DEL SILENCIO, mi nuevo blog.

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A veces, me refugio aquí.
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