Dieciséis años. Plena adolescencia.
Quería que su novia se quedara a dormir en casa, pero su madre se lo prohibió.
«No quiero que traigas chicas a tu habitación», le dijo.
Y entonces estalló la guerra.
«¿Una zorra como tú no puede decirme a mí lo que tengo que hacer!»,
le gritó el chaval en la cara, cargado de agresividad.
Su madre se quedó de piedra.
«Mi propio hijo me ha llamado zorra», se repetía después.
«No lo entiendo. ¿Qué he hecho mal?».
El sentimiento de culpa le pesaba sobre los hombros.
Estaba triste y, sobre todo, desconcertada
«¿En qué he fallado?», le preguntó al psicólogo.
«En nada», fue la respuesta.
«La sociedad se empeña en creer que los padres recogen lo que siembran, pero no siempre es así».
(continuará la entrevista con Vicente Garrido, doctor en psicología y criminología.)
La Fiscalía General de Estado recibió el año pasado 6.000 denuncias paternas.
Niños y jóvenes de 7 a 18 años insultan, amenazan o golpean a sus familiares.
No son mayores de edad, pero son los verdaderos jefes de la familia.
No son delincuentes comunes, pero pegan, amenazan, roban, agreden psicológicamente... Son los protagonistas del llamado "síndrome del emperador", un fenómeno de maltrato de hijos a padres que se ha instalado con fuerza en la sociedad.
Este tipo de violencia no es nueva, pero en los últimos años su incidencia se ha disparado: desde el año 2000, los casos de este tipo de maltrato se han multiplicado por seis, con cerca de 6 mil 500 denuncias recibidas por la Fiscalía General del Estado el año pasado.
Estos datos podrían reflejar sólo la punta del iceberg del problema, por la resistencia de los padres a denunciar a sus propios hijos. La pasada primavera, un caso sacó a la luz pública esta situación: una madre asturiana rogó a los servicios sociales que se ocuparan de su hija, cuyo comportamiento violento (golpes, robos, amenazas) ya no era capaz de resistir.
Sin embargo, "éste no es un caso característico, la tendencia de los padres es a encubrir el problema", explica Luis González Cieza, coordinador del programa de maltrato infantil de la Agencia para la Reeducación y Reinserción del Menor Infractor, y que participó en una jornada sobre el "síndrome del emperador", organizada por el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
En otros países, el fenómeno se ha tratado durante más años y los datos sobre su incidencia son más preocupantes. Un estudio realizado en Estados Unidos advierte que la violencia (no exclusivamente física) de adolescentes hacia sus padres tiene una incidencia de entre el 7 y el 18 por ciento en las familias tradicionales (en las monoparentales llega hasta el 29, mientras que las estadísticas canadienses aseguran que uno de cada 10 padres son maltratados).
Razones:
¿Qué puede ocurrir en la personalidad de un niño para que llegue a agredir a sus padres?
Los expertos señalan innumerables causas genéticas, familiares y ambientales que ayuden al desarrollo de este síndrome.
Carlos Peiró, psicólogo de la Unidad de Orientación a la Familia de la Comunidad de Madrid, menciona, entre ellas, "el abandono de las funciones familiares, la sobreprotección y sobre exigencia simultáneas, los hábitos familiares determinados por la escasez de tiempo, la ausencia de autoridad, la permisividad y, sobre todo, la falta de elementos afectivos, como la calidez en la relación con los hijos. Se les educa más en otros entornos sociales que en la familia, algo que no ocurría hace tan sólo una década".
Sin embargo, para otros expertos, aspectos familiares o sociales, como la permisividad o la ausencia de autoridad, no son suficientes para explicar este fenómeno. Así lo cree Vicente Garrido Genovés, psicólogo criminalista y autor de Los hijos tiranos: el síndrome del emperador.
"Un padre excesivamente permisivo tiene como resultado un hijo caprichoso e irresponsable, pero no un hijo violento. La permisividad puede echar a perder a un niño (hacerse vago, juntarse con malas compañías, cometer delitos), pero si hay violencia es como resultado de un proceso de deterioro personal por falta de educación, generalmente al final de la adolescencia", explicó.
Para Garrido, la clave está en que estos niños "son incapaces de desarrollar emociones morales (como la empatía, el amor o la compasión), lo que se traduce en dificultad para mostrar culpa y arrepentimiento sincero por las malas acciones".
Por ello, asegura que el "síndrome del emperador" tiene causas tanto biológicas (dificultad para desarrollar emociones morales y conciencia) como sociológicas, ya que, en la actualidad, "se desprestigia el sentimiento de culpa y se alienta la gratificación inmediata y el hedonismo.
"La familia y la escuela han perdido la capacidad de educación, y esto favorece que chicos con esta predisposición, que antes eran mantenidos por la sociedad, ahora tengan mucha más facilidad para exhibir la violencia".
Carlos Peiró coincide en que el elemento decisivo son "las carencias más o menos claras en la adquisición de competencias personales", agudizado por el hecho de que "el hijo ideal de los padres está en franca contradicción con los hijos sociales ideales definidos por la sociedad de consumo".
La importancia de los medios en este factor es clave: "La televisión enseña valores muy hedonistas y consumistas -apunta Garrido-, y dificulta el aprendizaje del autocontrol, es decir, la capacidad de esforzarse por renunciar a cosas inadecuadas y para perseguir metas que requieren esfuerzos. Los hijos tiranos ven en los medios muchas conductas y metas que son coincidentes con lo que ellos desean: pasarlo bien y hacer lo que quieran sin que nadie les obstaculice".
Lo que para muchos es una falta de disciplina que se soluciona con un "cachete a tiempo", es, sin embargo, un problema mucho más profundo que exige "ayudar a que el niño desarrolle una conciencia sólida; ésta es la mejor policía. Y ello se logra aplicando castigos razonables, pero firmes, y explicando las razones morales y prácticas que supone su mala acción. En los casos más graves es, por desgracia, casi imposible", lamenta Garrido.
Las madres, principales víctimas.
Los escasos estudios realizados en España sobre este fenómeno no permiten elaborar un perfil exacto de las familias que acogen a un niño o joven con el "síndrome del emperador". Sin embargo, los expertos coinciden en una mayor incidencia en las familias monoparentales.
"La mayoría de los casos se da en madres que vuelven a tener otra pareja", explica Luis González Cieza. Uno de los pocos estudios realizados al respecto es "La violencia de los jóvenes en la familia, una aproximación a los menores denunciados por sus padres", elaborado por el Centro de Estudios Jurídicos de la Generalitat de Cataluña.
El informe asegura que la madre es la víctima en el 87 por ciento de las ocasiones que se produce este tipo de violencia, y que principalmente recibe agresiones físicas, aunque también son habituales las verbales. En el 13.8 por ciento de los casos, el estudio refleja que la intimidación se produjo con un cuchillo o un arma similar.
González Geza añade que la edad media de los menores denunciados por este tipo de violencia es inferior a la de otros delitos. Mientras que en estos últimos es de 17.5 años, en el "síndrome del emperador"esde 16 años. Sus protagonistas, además, no suelen tener historial delictivo.
Una última característica es que esta violencia familiar tiene una incidencia sensiblemente superior en hijos adoptados frente a los biológicos.
Cómo detectar un 'emperador' en casa:
1.- Incapacidad para desarrollar emociones morales (empatía, amor, compasión, etcétera) auténticas. Esto se traduce en muchas dificultades para mostrar culpa y arrepentimiento sincero por las malas acciones.
1.- Incapacidad para desarrollar emociones morales (empatía, amor, compasión, etcétera) auténticas. Esto se traduce en muchas dificultades para mostrar culpa y arrepentimiento sincero por las malas acciones.
2.- Incapacidad para aprender de los errores y de los castigos. Ante la desesperación de los padres, no parece que sirvan regaños y conversaciones, él busca su propio beneficio, parece guiado por un gran egocentrismo.
3.- Conductas habituales de desafío, mentiras e incluso actos crueles hacia hermanos y amistades.
Cómo enfrentarse al síndrome:
1.- Desarrollar de manera intencionada y sistemática las emociones morales y la conciencia de los hijos, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y que extraigan lecciones morales.
2.- Establecer límites firmes que no toleren la violencia y el engaño.
3.- Prestar ayuda para que desarrollen habilidades no violentas que satisfagan su gran ego.
1.- Desarrollar de manera intencionada y sistemática las emociones morales y la conciencia de los hijos, dándoles oportunidades para que practiquen actos altruistas y que extraigan lecciones morales.
2.- Establecer límites firmes que no toleren la violencia y el engaño.
3.- Prestar ayuda para que desarrollen habilidades no violentas que satisfagan su gran ego.
Fuente:
http://www.nuestraedad.com.mx/index2.htm
Hola Basileia, muy interesante el artículo y complicado, yo me uno al dicho “Para educar a un niño hace la falta la tribu entera”. Así reza un proverbio africano que ha hecho célebre el filósofo José Antonio Marina con el que quiere poner de relieve que la educación es tarea de todos. Y todos son las familias, el profesorado, los grupos de iguales, los medios de comunicación, las administraciones, las asociaciones y colectivos, las iglesias, el ejemplo de las personas que se dedican a la política, la sociedad en suma… todo un reto para una sociedad casi a la deriba
ResponderEliminarUn saludo
Hola Basileia, cómo estás????? No hace falta que sigas ninguna regla, yo tampoco mucho entiendo de esto, pero me premiaron y me sentí muy alagada al respecto. Yo te sigo desde mi otro blog, www.llenameelalma.blogspot.com.
ResponderEliminarSoy Trabajadora Social, aunque desempleada.....pero muy interesada en el tema de la violencia, más que nada de género, es más ahora estoy haciendo 2 capacitaciones on line.
Lo de las artesanías, es una escapatoria a mi frustración profesional, además de que me hace bien hacerlo.
Cuando me premiaron, pensé en vos y en tu labor, por eso te lo regalé....simplemente recibilo de mi parte con mucho cariño. Besos grandes desde Santa Fe, Argentina....
MI QUERIDA BASILEIA..EN PARTE CREO QUE LOS PADRES TIENE SU PEQUEÑA PARTE DE CULPA.PERO POR DESGRACIA VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD EN LA QUE SI UNO MANTIENE AL MARGEN A SU HIJO DE CIERTAS NORMAS IMPUESTAS,LE CONSIDERAN UN BICHO RARO.EMPIEZAN POR LA VIDEOCONSOLA,EL TELEFONO MOVIL HASTA ACABAR CREYENDOSE LOS REYES DE LA CASA.
ResponderEliminarHAN DE TENER MUY CLARO QUIEN MANDA EN SU CASA Y ES AHI EN DONDE TIENEN QUE SABER QUE EXISTE UNA AUTORIDAD.
CUIDATE CORAZON.MJ:)
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ASI ES BASI VIENE DE TODOS LADOS EL MALTRATO, TE DEJO MIS SALUDOSS
QUE TENGAS UNA LINDA SEMANAAA
CHRISTIANNNN
Si bien no es un caso muy común, sin duda se trata de algo muy doloroso y difícil de enfrentar. No me puedo imaginar lo complicado que debe ser tratar de buscar, primero una respuesta, una causa y luego una posible solución.
ResponderEliminarNadie nos enseña a ser padres, y todos creemos que nuestros hijos son, de alguna manera, los mejores..peor son humanos, igual que nosotros y todos podemos fallar y perder el rumbo...no hay que dudar a la hora de pedir ayuda.
Muy interesante.
Un abrazo.
Un tema muy interesante y es que cada día hay más "emperadores", te lo digo por la experiencia que me proporciona mi trabajo.
ResponderEliminarBasilea, esto es como el dicho de que entre todos lo mataron y él solo se murió, todos somos culpables.
La sociedad, la familía y la escuela impontente ante estos dos grandes adversarios.
Se habla mucho de la crisis económica, pero la verdadera crisis es la de los valores.
Un abrazo con cariño.
Sin duda un tema que no deja indiferente a nadie y en el que todos tenemos en deber de comprometernos.
ResponderEliminarTe felicito por tu implicación y te emplazo a visitar mi blog y recoger un premio que tienes bien merecido.
Un abrazo grande!
me gustaria saber en que nos equivocamos tanto?, quizas no hemos sabido dar un sentido corecto a nuestras vidas, tienes toda mi admiracion y respeto, un besito preciosa
ResponderEliminarEN EL BARRIO DONDE VIVIA ANTES, HABIA UNA NIÑA QUE NO TENIA MAS DE 15 AÑOS PERO NO SOLO TENIA ATEMORIZADOS A LOS DE SU BLOQUE, A LA FAMILIA COMPLETA, Y COMO HAS PUESTO, SOBRE TODO A SU MADRE, A LA CUAL NO HACIA MAS QUE INSULTARLA Y ZARANDEARLA. ELLA ME DECIA QUE ERA COSAS DE LA EDAD, QUE ERA UNA EDAD DIFICIL Y TODO ESO.
ResponderEliminarSUPONGO QUE PARA UNA MADRE, DENUNCIAR A SU PROPIA HIJA DEBE SER MUY DURO.
BESOS BASI!!!
LOS PELOS SE ME ERIZABAN MIENTRAS TE LEIA, PERO ES LA REALIDAD, ESO SI MONORITARIA, PERO MUY DOLOROSO PARA UN PADRE VERSE EN ESA SITUACIOM.
ResponderEliminarHABER SI PUEDO VISITAROS MAS A MENUDO.
MUCHOS BESOS AMIGA
Yo creo que se le esta buscando los tres pies al gato, no nos calentemos tanto la caveza, que esto es producto de nuestra sociedad.Ha los niños, se les deve de enseñar a ser responsables, y eso se consigue a base de darles trabajo,pues aprenden y maduran.
ResponderEliminarES verdad que puede tener el problema algo de biologico, pero esto se detecta ya en la crianza y el desarrollo del niño.En cuanto a la sociedad, estamos haciendo verdaderos gilipollas,si en mis tiempos, le faltabas al respeto a una persona mayor, ya te podias suvir por las paredes, pues t padre te ponia el culo como un tomate, y por favor, no me digan que esto es maltrato seamos coerentes;y ahora si te ven te meten en la carcel por maltrato, que quereis que os diga,aber si nos miramos el ombligo para ver el kit de la cuestión, una abraçada Julio
Julio, respeto cien por cien tu opinión sobre este tema, pero esta vez no estoy de acuerdo contigo. Apelo por el diálogo, no por poner el culo rojo a un niño (esto no quita que un padre/madre pueda dar un cachete como toque de atención a su hijo), pero no más.
ResponderEliminarPara mí la violencia es un fracaso de la inteligencia, así que seamos algo inteligentes y no caigamos en el error de que "la letra con sangre entra".
El "síndrome del Emperador" es un hecho real, que está ahí, siendo una minoría, es cierto, pero está asentado en muchas familias, y no siempre por cuestiones educativas, son niños que carecen de empatia, sin conciencia, con un grado de responsabilidad cero donde no les importa lo que está bien o mal, con un fuerte temperamento egocéntrico donde su única meta es ganar siempre, cueste lo que cueste.
¿Problema biológico? Sí, es muy probable, pero como en casi todas las enfermedades, aquí tambien hay diversos grados, el más leve no deja de ser una manipulación, engaño, mentira etc, actitudes que los padres piensan que es por haberles malcriado, pero tambien hay un grado extremo donde la violencia, insultos graves y abuso psicológico hacia sus padres (especialmente hacia la madre) son los pilares donde se anclan.
Tampoco olvidemos, que en una familia, con varios hijos que recibieron la misma educación, uno puede tener el "síndrome del emperador" y sus hermanos no.
Saludos Julio, siempre un placer verte por aquí.
Encantado de saludarte basileia, no puedo estar mas de acuerdo con tigo, siendo mi intención provocar dialogo .Es verdad, es un fracaso del padre como tal y como persona llegar a poner el culo como un tomate al hijo.
ResponderEliminarMi experiencia en todo esto es que soy abuelo de un niño con cierto grado de autismo, y la verdad esque no puede sufrir perder, en el juego, y no tolera que se le estorbe cuando esta concentrado. Yo creo que en el caso del SÍNDROME DEL EMPERADOR, y en el de autismo, y seguramente en otros casos, los padres y la familia están en lucha constante, para educar y sobrellevar tan grande responsavilidad, y aconsejados, claro esta por los profesionales que sin duda llevaran el caso como los sicólogos y las logopedas.
Yo creo que en el caso de un adolescente de dieciséis años que quiere dormir con su novia en la habitación de su casa, esto forma parte de la lucha constante de los padres por ir superando día, a día como victimas los problemas que les presenta su hijo, pues cuanto más mayor más grandes son.
Una abraçada, y celebro que estés bien de salud Julio